Verde rincón vegetal,
del Quijote vigilante y sus molinos;
rebozado de un lenguaje natural,
y tapizado en polvorientos caminos.
Atrás quedo la silenciosa huella,
que en la huida nos llevó a tu centro;
ocultándonos del mundo y su mirada
atisbando los pasos del encuentro.
Abrazados al amparo de tu seno,
dibujamos nuestra danza de placer;
de luz tocados por un rayo solitario,
que el ramaje en su entramada dejo ver.
Encumbrado el sol a la alborada,
fue cubriendo la campiña en su esplendor;
con su magia de colores pincelada,
guarda el bosque las imágenes de amor.
Mudo atrás dibujado está el momento.
en jaula de hojas atrapado eternamente;
saltó el sendero hecho polvo al viento,
despidiéndonos en su ocaso lentamente.
- Autor: CARLOS GUILLERMO ESPINOZA LIZANA ( Offline)
- Publicado: 26 de mayo de 2009 a las 00:30
- Comentario del autor sobre el poema: Este porma fue escrito en memoria de un maravillosos encuentro de amor ocurrido en el cerro Playa hermosa de Pichilemu, donde la principal caracteristica es una escultura gigante de don Quijote de la Mancha y un Molino que se impone sobre el verde pino del bosque.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 109
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