Y así continuo la noche,
eran raudales de caricias,
un derroche goce a goce,
parecían dulces y delicias.
Brillo nocturno,
reflejaban la luna sus pupilas,
y cerro su firmamento
cuando un quejido de amor se le palpita
A un solo corazón se les llenaban
de ansias por expresar su sentimiento,
era de amor seguro se afirmaban
el uno y el otro según su tejimiento,
Uno de ámbar colorido
encaramaba de piel bello moreno,
así lo miraba en flor ya recorrido
el otro blanco, imponente, tan sereno.
Y no dejaban de quererse
eran de noche eterna sus caricias,
y llenaban los ecos al perderse
cual si perder un instante y desperdicias.
De repente aquella piel morena satisfecha
queda vaciada con derroche,
y la voz varonil vuelve a su mecha
se da cuenta que no es de día, todavía es de noche.
Y otra vez sus almas se colman
como enredadera sin comienzo,
alzan quejidos y almacenan
para el último suspiro sin tropiezo.
Pues nada les impide
y continuo la noche,
a Dios ella le pide
y el a su cuerpo más abroche. fin.
Lic. Jesús Isaias Gonzalez Arroyo.
- Autor: jesusverbo777 ( Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2020 a las 08:18
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 72
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