En mi cuarto, me proporciona compañía.
En la fría nevisca, caluroso abrigo.
En mi corazón, está su tabernáculo.
En mis humanas manos, su bendición.
En sus firmes favores, está mi sustento.
En la oración que elevo hacia Él, mi ayuda, mi protección.
Cuando se me acaban las fuerzas; Me vivífica plenamente.
Mi corazón fue purificado por medio de su gracia.
Y por medio de su Amor, palpita día a día, sin cansancio.
Señor, me enseñaste, el mejor camino a seguir, con tus sabios consejos.
Prosperaste mis pasos, haciéndolos más firmes, que la roca.
Te pido que Permitas, abrazarte, por la eternidad.
Gracias Dios Santo.
- Autor: Sierdi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de octubre de 2020 a las 22:05
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, alicia perez hernandez, Vogelfrei
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.