Buscando el sitio perfecto,
acoplándose a un apéndice encarnado
que, viniendo al pelo,
se acomoda en el centro
mismo de las ansias que envía, fugaz,
un ensordecedor estruendo lumínico
de relámpagos de avanzadilla
de la tormenta que desata el choque
de nubes atravesadas por los rayos,
la sal y los poros que acabarán
electrificando
los cuerpos tensionados.
Se acerca, se bate, se alza, se contonea.
Encaja. Huye. Se acopla.
Vuelve a evadirse. Empieza.
Se abre paso entre el olor gris gaseoso
ahogando un grito sordo
en la densa falda
del isósceles contraído que espera.
Se expande, se contrae. Y espera.
Y entonces, llega. Sigilosamente, llega.
Se oye, se siente
en el sabor del aire. Llega.
Silenciosamente, llega. Se retuerce,
se revuelve, se derrama. Vierte,
vacia, llueve,
templa.
Luz De Gas
- Autor: Fátima Aranda ( Offline)
- Publicado: 14 de octubre de 2020 a las 08:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: jose S.W., alicia perez hernandez, Vogelfrei, Lualpri
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