Todo mirlo conoce
a la noche mercurial
clavada en las ventanas
La madrugada se combate
en habitaciones iluminadas
coral en trance
sin el peso del fuego
seductor de intimidades
el túnel nos devuelve cómplice
rostros disueltos
en su tumba caleidoscópica
del otro lado de la fronda
al aire
se suceden centellas alevosas
de teatral fisonomía
cuya silueta
de miradas fatuas
fecunda el espejismo
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