VEO ENVEJECER MIS VERSOS

Camino entre formas luminosas, desando los pasos del olvido. Escucho la canción de las olas ellas me reciben tan llenas de júbilo bajo este cielo de nobles transparencias.   La romanza de la tarde nace cuando el arrebol posa en mis ojos el aliento ardiente de su fuego; fogarada que procede de mi espíritu que extiende sus alas cual gloriosa ave.   Y todo se vuelve un elemento en el matiz del paraje otoñal, la roca inmóvil, la flor, el viento; desdobla los siglos de oro de su ser sobre la frágil telaraña del tiempo.   Ha sido larga la travesía entre las llanuras del silencio. He visto florecer las rosas de Mayo y en noviembre, espinos duros y secos, puebla la blanca nieve ya mis cabellos. Y pronto llegará el anochecer.   ¡Oh, corcel dominante y sombrío! Siento su caricia fría en mi piel, el bordoneo de su voz cerca del oído, sin miedo en sus manos quedaré dormido.