Hoy he descubierto al levantarme
que no soy yo
que otro despereza el sueño frente al espejo
mientras me baño…, que rara sensación
tocar con pudor ese cuerpo.
Tras afeitarme, lavo la cara
y de reojos miro el espejo, esos ojos
que me miran extraños
sin saber quien muestra los dientes.
No quise despertar a esa mujer
de bellos cabellos en la almohada
que sugería el cuerpo en las sábanas
cerré suavemente la puerta y salí turbado.
Me vestí con la ropa que encontré preparada
tomé un maletín que había junto a la puerta
ya en la calle, un hombre me sorprende
abriendo la puerta del automóvil.
Dejo que todo fluya, no me opongo
el conductor, me saluda diciéndome doctor
comenta del hermoso día
a mi lado el otro hombre toma el maletín.
Nos detenemos en un edificio
mi acompañante se baja y abre la puerta
otro hombre, desde el portal nos saluda
también me dice doctor.
Entramos y en el ascensor miro el espejo
mi acompañante, con el maletín
y el doctor, que no se quién es
nos detenemos y en el pasillo todos me saludan.
Hace una hora, que estoy en este despacho
el maletín sobre el escritorio, es testigo que pedí no ser molestado
la ventana deja ver la ciudad, el sol está pleno
abro y me asomo al aire fino de primavera
mientras esos pies cuelgan en el vacío.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de octubre de 2020 a las 08:51
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 32
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Carlos Eduardo
Comentarios1
Jajajaja me imaginé que el final iba a ser una sala de operación. Saludos mi querido amigo. La música perfecta 👌.
No sería un mal remate, imaginate la sorpresa al despertar, con un implante de siliconas...
Un abrazo.
Esteban
Jajaja
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