Tristeza también es belleza;
absoluta, sincera, azul de hielo,
violeta que pinta el alma,
la inmensidad en una sola lágrima
un pan tirado en la acera
llevado al óleo.
Tristeza es y no es belleza,
una niña de nueve, una mujer de treinta,
cuarenta y los tantos.
Un niño en condición de pobreza
es tristeza pura y puede convertirse
en un gran ser humano.
Una mujer en su belleza puede ocultar
una gran tristeza.
Un hombre en plenitud que se dispara
en creatividad
también hace belleza de la tristeza.
Quien se reconoce en la belleza
de la tristeza, es sabio en su sentir,
toca azul de cielo y
mar profundo...en un grito
callado a todo pulmón.
Se asegura que pisa tierra,
que se está solo en sobrepoblado.
La tristeza no tiene precio
pero se paga; es firme pero
derrumba. No es bienvenida mas
derrocha arte y se agradece.
Sublima, engrandece, multiplica.
Es creativa.
Estar triste es estar presente,
vivir, sentir, perder y
ganar en fondo.
Sentir la propia humanidad en
el cuerpo del otro, del uno y del todo.
Saber de la temporalidad y de la
atemporalidad.
Tristeza es nacer, renacer, morir
en vida, querer no estar en la vida
misma que sostiene el sentir mismo
del cuerpo que se va pero se queda
y se pronuncia a su manera.
Porque si no está no siente
y si no siente, no es, no vive y
al no vivir no conoce
la belleza de la tristeza.
- Autor: Yada Castli (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2020 a las 08:39
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: mariapdfoxa, jose S.W., Vogelfrei
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