La lluvia y el piano

migreriana

Donde la mùsica se hace agua, allì estoy,

a la espera de la frecuencia de algùn aura,

de ese perfume que se desprendìa de tu cuerpo,

a la simbiosis màs grata del zigzagueo,

donde la lluvia no se hace pausa y acompaña,

y desciende mi cuerpo al tuyo, ahí quiero.

 

No lo olvido, suelo escuchar la marcha incansable

mojando nuestra tierra, como mojabas mi alma,

y me hacìa hilo en tus fronteras,

quièn sabe si le pertenezca aùn, loca y enamorada,

le adeudo a los instantes la brisa de la primavera,

soy un ovillo en tu siesta y un desenfreno en tu vaivèn.

 

Piano y lluvia. un derrotero inquieto,

te pienso y no dejo de pensar en tu voz,

los puertos se deshacen con esta lluvia,

soy asì, un poco de sal en tu vida,

que podrìa tocar y salpicar a ciegas

en el bosque que elijas, amor mìo.

 

 

 

 

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