Y me la llevé al río
Creyendo que era Cinderella pero era Esmeregildo
No se de que cuento era
pero calzaba preciso.
En la últimas esquinas
le hablé de mi amor primitivo
Y ella vuela que vuela me alentó mi velocípedo.
Ni nardos ni caracolas
Pueden decir lo mismo
Que eramos como una ola
Con su tronar casi elíptico.
Un horizonte de perros
Se hizo presente ahí mismo
Modiéndome las canillas
Creyendo que sus mordiscos
Me harían retroceder
De mis quehaceres más íntimos.
Yo me saqué la corbata
Ella se sacó el brillantísimo
Collar que muy bien usaba
Pará cogotear al más prístino.
Hasta ahí no más llegamos
Ella era un puerco bandido
Y yo apenas un inocente
Que se las daba de in situ.
Última vez que me pasa
Que por pasarme de listo
Me dejan sin mi escafandra
Desnudo y sin sentido
Y me la llevé al río
Creyéndo que era Cinderella
Y al final terminé en la huella
De un tractor que pasó rapidísimo.
Esmeregildo me dijo que se llamaba
Después que se me puso flácido
Y me dejó sin un céntimo.
Comentarios1
Genial, estimado poeta. Muchas felicidades. No creo que se enoje Don Federico.
Saludos afectuosos
Muchas gracias estimado Muss por tu grata presencia en mis letras y ojalá que don Federico lo tome con buen humor,donde quiera que se halle.
Saludos fraternos
Boni
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