Perdimos el edén

Alberto Escobar

 

Por qué no me dijiste...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tú, que quisiste saber más de la cuenta,
yo, que me disfracé de serpiente pitón,
enroscada sobre el tronco del qué dirán.
Adán —quien fungía de acompañante
a la sazón— no pasaba de mera comparsa,
mero testigo ocular del pecado que cometiste,
que cometimos —porque yo tenía a esa misma
sazón una Eva que esperaba en su mecedora—.
Un dios de esos de a cinco peniques
nos llamó a capítulo: teníamos que abandonar
con la urgencia de Sodoma y Gomorra
las comodidades del jardín para adentrarnos
en el rugido de la selva, donde los leones
eran lo de menos...
Sí, perdimos el edén con todo merecimiento.
Tú probaste la manzana, yo te la di,
—en bandeja de plata—.
Tú quisiste aprender del árbol de la ciencia,
yo, no tuve conciencia de qué abismo
se me abría tras sus puertas.
Nos dejamos llevar por el buen tiempo,
ese tiempo que atempera el pomelo,
los trigales de pan, y las pomas de cera.
Sí, eran buenos tiempos y nosotros teníamos
la sazón para ofrecer la cosecha al jornalero.
Tú me sonreíste —otra vez— y yo...dejé
que la sonrisa me llenara como aquel vaso
que de temprano antes del colegio mi madre
me llenaba de tierna leche y sabroso cacao.
Yo te sonreí también —quizás mis comisuras
no me advirtieron de su elasticidad—,
y te contaba chistes y chanzas que ensancharon
ese abismo por el que los dos nos precipitamos...
Eso fue todo, fuimos carne trémula, tremolante,
viva y vívida, palpitante de vida y mordiente
como esa gota de ácido que consiste tu palabra.
Abandonemos todo, este mundo que no es nuestro.
Vente conmigo al corazón de la tiniebla,
al ojo del huracán —donde reside la verdadera calma.

 

 

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  • Autor: Albertín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de octubre de 2020 a las 12:46
  • Comentario del autor sobre el poema: Todo edén está condenado al destierro. Nunca —como cantó una tal Rocío Jurado— una flor soportó dos primaveras.
  • Categoría: Perdón
  • Lecturas: 37
  • Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Willie Moreno
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Comentarios +

Comentarios2

  • Carlos Eduardo

    Abrir una nueva puerta lleva a un mundo infinito, el del conocimiento nos tiene cogidos, el de internet algo; cómo serán aquéllos a los cuáles aún no atinamos

    Cada despertar es una confusión, nos alejamos del Edén

    Un abrazo poeta





    • Alberto Escobar

      Otro para ti Toki, Cuídate.

    • ..........................

      Muy interesante su poema. "Por qué no me dijiste..."- Perdimos el Edén- Me encantó!!!

      "Sí, perdimos el edén con todo merecimiento.
      Tú probaste la manzana, yo te la di,
      —en bandeja de plata—.
      Tú quisiste aprender del árbol de la ciencia,
      yo, no tuve conciencia de qué abismo
      se me abría tras sus puertas.
      Nos dejamos llevar por el buen tiempo,
      ese tiempo que atempera el pomelo,
      los trigales de pan, y las pomas de cera.
      Sí, eran buenos tiempos y nosotros teníamos
      la sazón para ofrecer la cosecha al jornalero."

      Excelente cierre:

      "Vente conmigo al corazón de la tiniebla,
      al ojo del huracán —donde reside la verdadera calma."

      • Alberto Escobar

        Como salir de una especie de zona de confort amorosa; la que significa el cierto hogar ya asendereado del matrimonio, o de la relación que se le asemeje. Gracias por tu grata presencia en esta mi lírica casa. Un abrazo luz



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