Hablar de libertad sin ella era una prisión
Todas las peleas y revoluciones que tuve,
Todas las veces que perdí más de mil soldados
en guerras tontas,
y que mate otros dos mil en su campo de batalla.
Ya en esta aburrida libertad,
en este tedio inconsolable que me aturde,
quisiera esa bella prisión,
encontrar mi camino hacia la libertad
en la justicia de su condena.
Encarcelarme a ti, a tu voluntad,
encarcelarme a tu piel, a tu amor y a tu dolor
Que el camino de este azar es tan fatuo
como los deseos viles de un hombre necio.
En cambio yo quiero mi camino verdadero
hacia la libertad, hacia lo que me impulsa a ser mejor,
hacia lo que me hace sentirme vivo,
levantarme de la cama y preparar el café
para compartirlo con ella, mi carcelera.
Quizás ella me prive de estás cárceles
quizás ella me deje en libertad,
quizás yo mismo busqué la libertad y me arrepiento.
Maldigo las tretas que juega la vida
para enseñar lo que realmente importa
y bendigo lo momentos que se atesoran en el corazón.
Hoy camino un camino vacío
esperando que los pensamientos y estas letras
me sirvan de consuelo, vivir en los recuerdos.
Pero también puedo decir que la amé
y aún la amo, más que a nadie,
más que a lo que yo creía que era el amor..
Más que a mis historias y mis viajes...
Y solo en las noches cuando mi mente
y mi cuerpo ya no pueden poner un pretexto,
la recuerdo,la añoro, la pienso.
Aquella bella carcelera,
aquella que me saco de una cárcel
para meterme en la suya
que era para mí la verdadera libertad.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.