Estaba el siendo oro y ella siendo sal,
atrapados en una habitación,
caminando o rodando hasta al final,
donde las aves hablan,
y no hay marca que huela el mal,
refugiados en silencio ellos solían estar.
Estaba el siendo azufre,
consumiendo y deseando más,
de los gritos más sinceros,
que ni eco suele pronunciar,
mientras a su lado ella estaba,
él siempre pudo observar.
Ella estaba siendo bronce,
mientras él tenía un brillo similar,
con un dorado cenizo,
asfixiaba el inicio y el final,
donde el ya no era oro,
y ella ya no era sal.
Mientras ella ya no es nada,
él ha dejado de estar,
hay dos piedras atrapadas,
de esquina a esquina sin hablar,
donde él ha empezado a ser la nada,
y ella ha empezado a brillar.
Han dejado de estar quienes estaban,
aunque se pretenda más y más,
sigue el nido murmurando a lo lejos,
en una esquina grita eco,
y en la otra el silencio suele hablar,
la vida del que brilla y la muerte como su final.
Pdta.: "Porque todo inicio culmina, pero siempre el pasado será la conexión con los recuerdos".
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