Mi amada es la criatura hermosa
que envió Dios a este mundo
para apagar mi dolor profundo,
cual el dulce perfume de la rosa.
Ella, ligera, al par de mi delirio,
vuela al viento su tristeza,
pues a su sublime belleza
no la iguala la figura del lirio.
En mis noches largas de locura
ella aguarda a mi lado, silenciosa;
¡es la criatura más hermosa,
para mi alma rota, la cura!
Es la musa diosa en mi poema;
tiene en mi humilde corazón su casa.
El amor que me entrega me abrasa
cual hoguera divina… pero nunca quema.
- Autor: A. M. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2020 a las 22:47
- Categoría: Amor
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Siryed Avles
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