Difusa lluvia sobre el grisáceo capacete de metal,
diez cuerpos suben y siete se bajan,
las gotas sobre cristal,
y las lágrimas sobre el párpado.
El chillido de los infantes,
el crujido de las gotas,
y el claxon de los autos,
tres cuerpos suben y uno se baja.
Hombres de trajes negros,
jóvenes con peinados a la moda,
cien celulares y dos libros,
seis cuerpos suben y ocho se bajan.
Ojos que esquivan miradas y corazones que evitan sensaciones,
cinco cuerpos suben y nueve se bajan,
el reloj ratifica el ocaso,
y el reflejo de los lentes un centenar de sombras con ímpetu.
Cuatro cuerpos suben y dos se bajan,
las ilusiones se perciben en el aire,
y el viento sopla ligeramente fuerte,
¡irremediable ciudad del caos!
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Autor:
Sebastian M (
Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2020 a las 23:03
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
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