Es densa el arpa que vibra en mis oídos.
Denso, el aroma inconfundible a violeta.
Densos, los ríos que mi sangre navega.
Expanden su fulgor sobre el papel huido.
Siento los trotes de caballos desbocados.
Un arriero loco sube al campanario,
toca las campanas, que marcan el campo.
Las jacas vuelven su crin al oír el llanto.
Entonces, acude el verso solitario.
Él solo, se transcribe al pergamino
y aparenta estar dócil y tranquilo.
Así acuden todos los versos uno a uno;
sin saber que forman todos un conjunto.
Y dóciles, acuden... a cerrar el círculo.
Álex Pasquín
- Autor: Alex Pasquín ( Offline)
- Publicado: 24 de octubre de 2020 a las 16:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Classman, alicia perez hernandez
Comentarios1
SIMPLEMENTE MARAVILLOSOS VERSOS
Muchas gracias, Alicia. Gracias por leerme y por tu comentario.
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