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La noche rasgó su silencio y gama interminable de divinos luceros alumbró la tierra. Al instante, delineó en mi alma, el pincel mágico que sacudió mi cuerpo y agitó la tinta.
Meditabunda y caminando en círculos, alrededor de mi hermosa cama, me deshice de la blanca túnica que arrastra mi espalda y entre mis dedos se inquietó la pluma.
E ipso facto, florecieron rosas en mis cadenas rotas, y de las sangrantes heridas renació la vida. Más que un lamento en las débiles hojas, es una daga clavada en la espalda.
Y ese silencio… silencio que cierra tus labios y ahoga mi alma, me lanzó inclemente a tus zarzas ardientes.
* Imagen del muro de Islam Gamal.
Luz Marina Méndez Carrillo/26102020/ Derechos de autor reservados.
- Autor: VITRALES DEL ALMA ( Offline)
- Publicado: 26 de octubre de 2020 a las 12:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, alicia perez hernandez, Oswaldo C Reines
Comentarios5
La noche rasgó su silencio y gama interminable de divinos luceros alumbró la tierra. Al instante, delineó en mi alma, el pincel mágico que sacudió mi cuerpo y agitó la tinta.
hermoso trabajo querida amiga
Gracias vogelfrei por tu visita y valoración. Saludos.
Bellos y profundos versos.
Grata lectura.
Un abrazo de osito.
Gratifica que te guste mi escrito. Bienvenido
Bellisimis versos,me gusto pasar por tu portal
Bienvenido. Me alegra que te guste mi trabajo artístico.
Y ese silencio… silencio que cierra tus labios y ahoga mi alma, me lanzó inclemente a tus zarzas ardientes.
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Un SILENCIO que desgarra el ALMA y el pincel describe como la tinta del POETA sacude su cuerpo.
VERSOS INMENSOS EN SU BELLEZA.
Alicia, me agrada tu visita. Saludos.
Cuando invocas el silencio te haces universal, Luz...Aplausos.
Gratifica encontrar tus comentarios. Saludos.
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