Ella no lo comprende, desconoce,
no lo imagina, no sabe como ha cambiado
el reloj, que en la pared está colgado,
ya no se detiene a las doce
Ahora sus agujas giran y giran,
cambiando de sentido y de dirección
hasta la hora que ella hace su aparición
y se detienen porque las mira
Y es entonces cuando..
Las horas cortas pasan de largo,
sin inmutarse, el minutero sigue frenado,
cada segundo es proclive a quedar varado
en un intervalo de ensoñación
Está jugando con el tiempo sin darse cuenta,
creando entre milésimas, montañas,
entre montañas, fronteras que nos separan
nos unifican y nos alejan, o eso aparenta
Y es ahí cuando su voz grita;
ven, necesito tu abrazo,
no me dejes caer, dame la mano,
dime que todo estará bien
aunque mientas al pronunciarlo!
Sin entender, le doy un pedazo
de lo que he soñado en sus labios,
una oportunidad de ser felices,
una existencia diseñada para dos
Y casi sin voz, le cuchicheo:
Vivamos sin prisa, hagamos un pacto,
que no haya lamento, tan solo intentos
por no perder con la realidad contacto
mientras mantenemos intacto
nuestro mundo de fantasía...
Entonces asiente, suelta una lágrima,
sonríe y con gran alevosía
me abraza de tal manera
que casi se hace de día
Y ¿para qué?
Si cuando me doy cuenta, hay kilómetros
dibujados en el mapa de nuestras manos,
alguna milla más cuando escucho su voz
desvanecerse pidiendo perdón
Y yo, la observo alejarse...
pensando que tiene razón...
- Autor: Psycho Poetick (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2020 a las 15:28
- Comentario del autor sobre el poema: Una manera de acortar el tiempo mientras se va haciendo grande...
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
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