¡Te admiraba, José!

alicia perez hernandez



¡Te admiraba, José!

 

Admiraba tú forma de ser, siempre esforzándote por salir adelante

y apoyando a tú hija y a tus nietos en todo, porque los amabas mucho.

Admiraba tu manera de enseñar siempre deseando que todo mundo se

capacitará para mejorar, para ti era muy importante que aprendieran.

Eras tan detallista, tenías muchas amigas, pero ellas te decían en tu cara

¿ya me bloqueaste, por qué no te gustó que te dijera en que estas mal?

Y a mí me decían qué te creías mucho y que eras un orgulloso y engreído.

Te admiraba tanto que no te veía defectos, pero a veces eras como muy

Cambiante o no estabas de buenas y solo decías ya me voy, hasta mañana.

No sé por qué nos acostumbramos a estar juntos, si estábamos bien dos meses

y otro peleados. Estoy segura de que nos extrañábamos. Ya no tengo con

quien platicar de mis cosas íntimas y creo que eso era los que nos unía porque

nos contábamos todo, yo nunca te omití nada, te contaba desde que me levantaba

hasta acostarme y hasta lo que soñaba. Recuerdo que una vez te conté que

había soñado contigo y te dije fue un sueño inocente, es por estar tanto juntos.

Yo sabía qué no te gustan las mujeres, conmigo si y éramos como la pareja ideal.

¡Ay no, te extraño mucho! Es como sí me hubieran quitado algo mío un dedo o

una mano, nunca terminaste por darte cuenta de cuanto te necesitaba junto a mí.

Me sentía tan segura junto a ti y todos los días recordaba mirarme en el espejo

desnuda como tú me dijiste, ¡Ve, lo hermosa qué eres! No dejes qué nadie te diga

lo contrario, dependía de ti todo el tiempo, hasta para respirar, reír y llorar.

a veces eras un pervertido y otras veces un patán y aun así me gustabas.

eras como mi conciencia y me decías que sí estaba bien y que no, y como

lo hiciera y cuando algo no te gustaba no lo disimulabas, ¡Caray!

era tu expresión y me decías ¿hiciste lo que te dije? Estoy segura de que nadie

sabe lo que yo sé de ti, ni siquiera tu hija, ella menos que nadie.

                  nos contamos cosas no tan agradables de la niñez y de lo que nos quedamos ganas.

¿y cómo carajos me dejaste sola? ¿Quién te crees para irte como si nada?

quiero que sepas que estoy enojada por haber tomado la decisión de operarte.

Estoy enojada con Dios y con la vida porque me dejaste sola.

Y escribo para sacarte de mí y dejarte fuera de mi vida porque sufro sin ti.

Dicen que estas aquí entre nosotros, pero yo sólo siento tu ausencia y este vacío.

Y enterrarte de una vez por todas y no me vuelvas a dolor jamás.

¡Te admiraba, José! ¡Y no sabrás cuánto porque ya no estás aquí!

 

Alicia Pérez Hernández… México

No es la pluma la que escribe, es el alma

Todos los derechos reservados©

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.