Entre lágrimas que brotan
Sin que detenerlas pueda,
Te extrañan mis amores:
Surge en mí la quimera.
Te contemplo abrazada
Junto a mi pecho amante:
Te siento cual diamante:
Me atraviesa tu espada.
La ingrata paradoja
Es que el deseo me hiere
Mientras feliz te abrazo
Colmado de placeres.
Comentarios1
Interesante y hechizante recuento de su quimera. ¡Saludos!
Gracias, amigo poeta. La quimera es producto del imposible anhelo de tener conmigo a mi esposa que falleció en mayo.
Gracias por el comentario.
¡Saludos desde México!
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