Moléculas frías de la lluvia enhiesta
Sin dientes muerden la larga sequía
A la hora más calma de la siesta.
Quejidos de los alambrados de púa
En la campestre prisión de los desnutridos
Desnudos, sin la mínima pluma de ningún cacatúa.
La orden mortal salió del colegiado turbión
Tonante, coactiva, cobarde y además pasional
De diez, tres disparos del fusil dieron en el paredón.
El carnaval apenas roza un rictus de sonrisa gozosa
Afeites de cosmética adicta en los pobres idiotas
Mientras vuela en lánguida fatiga la última mariposa.
Y la vida ritual y sus nocturnos floreos continúa
Desde los bajíos y cumbres del campo y la ciudad
Solo a ratos se detienen niebla...y esa gélida garúa.
- Autor: Charo. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de octubre de 2020 a las 00:05
- Comentario del autor sobre el poema: La mente estaba desordenada. Más bien en esclerosis, que ojalá pasajera. La sensibilidad dormía en un sarcófago y apenas punzaban ideas sueltas sin padrón directriz. ¿Campo nutricio de lo absurdo? Sí! Aunque capaz de algo ser generatriz . Se adjunta el intento.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
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