III
EL ESPECTRO
18
La niebla oscura de la tarde gris,
la luz del sol que se acerca a mi rostro,
sé que me maldicen, y todos callan,
siento el cansancio de las aves muertas,
como flechas navegan en mi cuerpo,
silencio, la mirada de los Otros,
el verdor que se va, llegan rumores,
la niebla aparece, los perros ladran,
llora la noche, luces que se alejan,
ya escucho las plegarias de los muertos.
19
Soy la sombra oculta entre la gente,
la voz seca y oscura del infierno,
imágenes crueles de la locura,
silbido nocturno de los lamentos.
Quiero arrancarme la piel amarilla,
no existir como un fantasma errante,
solitario, atrapado entre cadenas,
viendo caer la luna en mis pesadillas,
almas buscando las paredes rojas,
cargando para siempre con sus penas.
20
Las nostalgias eternas de alas muertas,
la sangre loca de un espejo roto,
son ritos malignos entre las nubes,
ánimas celestiales moribundas,
las maldiciones que la Vieja arroja,
las manos aferradas a las cruces.
Yo miro neblinas a cada instante,
vigilo el caminar de los insectos.
21
Y te recuerdo, mujer, yo te pienso,
tú sientes el frío en tu cabello,
me ignoras, te acaricio suavemente,
yo soy la luz en tu piel cristalina,
siempre toco tus entrañas, te duermo,
cuando cierras tus ojos y me buscas,
lloro, y beso tu dolor cotidiano,
descubres en tus viajes la locura
del amor en las noches del invierno.
22
El universo muere sin calor,
soy roca en lo más profundo del mar,
yo me ocultaré en el tiempo, sin Ella,
no habrán ojos en el cielo, ni sol,
sin las flores, ni jardín, ni las rosas,
llorarán conmigo las hadas grises,
yo dormiré en las aguas del otoño,
pensando en ti, tus ojos, en mil cosas.
23
Seré una sombra más, y me uniré
a la cascada de espectros nocturnos,
las serpientes enfermas y dementes,
me verán en las miradas del alcohol,
caminaré por las colinas negras,
surgiré como cadáver sin rumbo,
en las aguas del sepulcro nublado,
esperaré el momento para crecer,
en cada silencio hermoso de tu alma,
en cada verso de amor que escribas,
en cada suspiro del corazón,
y te lo juro, no hablarás de mí
me olvidarás, y no verás mi mundo.
24
Tus miedos serán mi lecho dorado.
te dirán que yo no existo, un recuerdo,
la imaginación fugaz de la vejez,
dirán que soy maltrato del ayer,
inventarán novelas doctorales,
soy tu dolor, la suave luz del cielo,
el compañero enfermo que ocultas,
oscuridad, tu maldición eterna,
la sangre derramada en cada copa,
los voraces tormentos de la selva,
soy fantasía de la niña enferma.
25
Sólo eso seré, un espectro común,
una alucinación, el arcoíris,
momentos líricos de tu payaso,
repetición mental del peregrino,
el que duerme tirado en cada acera,
sin compañeros, sin humanidad,
tan cansado, sin esencia, sin sueños,
duermo del otro lado de la Nada.
- Autor: Gerardo Barbera (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de octubre de 2020 a las 00:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Vogelfrei
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