Malditos pensamientos XI

Agradecimientos

A veces me siento tan mal que no sé qué hacer con mi vida, es como si las decisiones que he tomado son las incorrectas y cada una de ella me ha empujado hacia aquí, hasta este abismo infernal que a veces no me deja dormir. Pienso todos los días en ello, pienso en mi futuro, en mi pasado, pero sobre todo en mi presente ¿será que estoy tomando las decisiones correctas? Y si es así, entonces ¿por qué me siento tan sola, miserable, triste? ¿por qué siento que lo he arruinado todo y a todos? ¿por qué no me dejo de sentir culpable de cosas que no estaban bajo mi control?

Respiro, respiro y sigo, camino, corro, salto, caigo en un agujero sin salida, escucho como me repiten lo mismo una y otra y otra vez, “tú puedes, lucha, eres bella, inteligente, se libre, vive, sonríe, no es tu culpa, se quien quieres ser, haz lo que quieras hacer, pero vive…”  Lo que no entiendo es porque no me lo creo, mentira, si se porque no me lo creo, escucho como me repiten lo mismo una y otra y otra vez, aquí, en mi cabeza, aquellas palabras que han estado desde siempre, incluso desde antes de escuchar aquellas bonitas, siempre las mismas, siempre aquí, siempre conmigo,” fea, marimacho, rara, tonta, desperdicio, puta, gorda, idiota, anormal, enferma, loca, nadie te quiere, eres un error, nadie nunca te aceptara, muere, muere, muere, muere, es tu culpa, bicho raro…” Tantas palabras, tantos sentimientos, tantas perforaciones en este corazón que no hay quien lo repare, lo rompieron tantas veces que no hay como arreglarlo, drenaron todo y ahora se me es difícil amarme, cuidarme, creerme, aceptarme... Pero no es el fin yo les doy las gracias a todos ustedes, a todos los que contribuyeron a este sentimiento, a todos los que hicieron posible que no me pueda mirar al espejo, que no pueda descansar ni en sueños, que no sepa quién soy ni para donde voy, les doy las gracias hoy y siempre.

Y ya me imagino, dios, como muchos pensaran que esto es una tontería, que es cuestión de escuchar a aquellas voces positivas, de buscar a Dios todo poderoso, que es cuestión de creerles y empezar a quererte y amarte y cuidarte… Pero déjenme decirles una cosa a ustedes también, cuando creces con eso en tu cabeza, cuando creces sintiéndote inútil, un fracaso, fea, sola, es muy difícil, muy difícil, no importa los psicólogos, el amor de la gente que te quiere, las frases de cartón que andan por ahí… Es muy difícil seguir, ya les digo yo, por eso hay tantos suicidios o intentos, ya que no es algo que se “sana” de la noche a la mañana, ni yendo todo un año a terapia, ni es algo que se puede exorcizar, en realidad es algo que siempre estará contigo, en tu cabeza, maquinando, dando vueltas… (¿qué hice mal? ¿es verdad? ¿por qué no puedo ser feliz? ¡ayuda! ¡ayuda, por favor, me ahogo!) Ya que siempre habrá algo, siempre existirá el miedo de que alguien o algo, te empuje otra vez hacia el fondo, hacia la oscuridad, después de todo solo somos como un vaso de cristal, frágiles.  

-Limoneyes