Mastica su propia máscara
con la esperanza de ignorarse eternamente
se nutre de los sonidos góticos
de la hierba
chispa que nos encuentre vacíos
para asimilarse en todo su esplendor
sangre arrugada
el edén nevado
posee las manos más sordas del destierro
lapsus de la verdadera oscuridad
y se hace muy tarde para ofrecer
el verso rotundo
que cese de una vez por todas
la perversa tarea de escribirme
piedra enroscada en sí misma
son los rescoldos del sueño
hundidos bajo la luz privada
del fondo del mar
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