Vuelan cometas,
pequeñas serpentinas
y hasta papeles.
Llega la lluvia
y besa los cristales
pausadamente.
Dicen tu nombre
mis labios en silencio,
sin darme cuenta.
Y los cometas,
volando, cobran vida,
y libertad.
La lluvia sigue
regando los jardines
de tantas almas.
Y aquel silencio,
rasgado de mis labios
vuelve a la vida.
Sigue el cometa
volando tras los sueños
y yo con él.
La lluvia besa
mis labios y tu nombre
que están unidos.
Divagaciones
en tarde gris y fría
de primavera.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/06/20
Comentarios1
Excelente tu escrito. Un gusto leerte. Saludos.
Gracias Lorenzo.
Saludos.
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