Unas palabras
buscaban tus oídos,
sin encontrarlas.
Solo el silencio,
eterno compañero,
iba contigo.
Pero faltaba
la voz que con su acento
llegara a ti.
Corren las horas,
las sombras ya se acercan,
pasa la tarde.
Y el compañero,
sin voz, es el silencio,
que está a tu lado.
Estás cansada,
precisas las caricias
de algunos dedos.
Mueves los labios,
pronuncias una frase
que dice un nombre.
Y cerca el mar,
recoge tu deseo
con las resacas.
Y entre las olas,
con algas y salitres
llegan respuestas.
Viene la voz,
buscada y tan ansiada,
con sus palabras.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/06/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 4 de noviembre de 2020 a las 08:23
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Vogelfrei, Alexandra L
Comentarios2
Unas palabras bellas que forman este dulce poema. Me da gusto leerte, poeta.
"Y cerca el mar,
recoge tu deseo
con las resacas.
Y entre las olas,
con algas y salitres
llegan respuestas.
Viene la voz,
buscada y tan ansiada,
con sus palabras."
Gracias Lucía, me alegro de que te gusten mis versos.
Un saludo.
Un gusto pasar por tus letras saludo y abrazo fraternal desde mi país Ecuador esperando que estes bien de salud cuidece y su familia bendiciones
Agradezco tus palabras y visita, Mauro.
Un abrazo y los mismos deseos para ti y tu familia.
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