-- ¡Ay, virgen inasible! --

el brujo de letziaga

Perenne nos nace,
sin retorno, en eterno viaje,
la poesía de amor que no se oscurece...

 

Hacia ti, Virgen presente,
con aleluyas a lo que siempre será y nos admite,
hacia tu imagen que no desaparece...

 

Desde las gentes creyentes,
que de todos los confines oraciones te escriben,
para con tu gracia colmarse...

 

¡Ay, virgen inasible!
Que deslumbras cual aurora radiante,
y nos llenas de luz en las noches dolientes...

 

Te ruego anhelante,
que nos atiendas en la hora de la muerte,
y a tu Hijo poder contemplarle...

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