Me aprovecha la soledad
músculo incierto que acude en masa
sucinto nervio que inculpan los labios
esa estrategia de rotos capiteles rojizos
el anochecer sobre los nidos abandonados
sobre las plataformas de las catedrales.
Aprovecho mi soledad que anda descalza
recinto amurallado que pronostica debacles
noches solitarias aferradas a un mundo en declive
como la larga coleta gris del macho iracundo.
Son treguas, mediciones ocultas, tribunales
de alto pago, las lenguas en que meten su perseverancia,
los pájaros desteñidos y las uvas.
Es un altísimo precio, de predicamento exiguo,
este infame mundo, donde se coronan los reyes
con tráqueas desmedidas, discursos insolentes.
Donde reviven los largos mecenas oscuros
que pintan la soledad de un marítimo deseo
o penden de hilos magnéticos, las antiguas lanzas,
los matemáticos surtidores de la noche.
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Comentarios1
Gracias por tu interés personal, espero no defraudarte, estimada Rheeva, un abrazo!
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