No eras la rosa,
bendita del poema,
que yo buscaba.
Eras un verso,
sencillo entre las flores,
de aquel jardín.
Y en él te vi
mezclada entre las letras,
acurrucada.
Eras pequeña,
estabas muy cansada,
mi mariposa.
Y confundí
la rosa y mariposa
en mi delirio.
¿Quién era yo,
mendigo de la tierra,
para quererte?
¿Será la fiebre,
decía mi cabeza,
que me trastorna?
...El corazón
latía desbocado
entre la niebla.
Pero te vi,
sentí que me llamabas
con tus colores.
Y me invitaste
a un vuelo imaginario
junto a tus sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 9 de noviembre de 2020 a las 07:46
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Frida Alcántara, Vogelfrei, Sinediè, Lualpri
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