Frustración

Carlos Hector Alvarez



En un rincón

de mi afiebrada mente.

escucho la suave melodía

de una vieja canción.

Una canción

que me recuerda

cuando pensé en conquistarla.

¿Lo recordará?,

sin permiso de sus padres

aceptó bailar conmigo,

era muy joven e inocente,

yo la apretaba entre mis brazos

ante la mirada

furiosa de la madre.

Ella apoyaba la cabeza en mi hombro

como si buscara protección,

yo sentía en mi pecho

latir con fuerza el corazón,

mientras le hablaba de mis sueños,

el de vivir juntos los dos-

Ella me decía con los ojos

que gustosa compartía la ilusión.

Bailó conmigo toda la velada

alimentando más aún las ansias

de hacer mío su corazón.

Al despedirnos,

me dio su nombre y dirección

la busqué por cielo y tierra,

su nombre al parecer

salió de un almanaque

y la dirección, casi me muero,

era la del cementerio del lugar

Entonces me di cuenta

que caí como un chorlito

que solo quería bailar,

para no perder la noche

entre planchar y planchar-

 

 

 

 

  • Autor: abuelitocrispin (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de noviembre de 2020 a las 12:15
  • Comentario del autor sobre el poema: Cuando era un muchachito de 11 años hacía de DJ de un grupo de amigos mucho mas grandes que yo, que iban con sus amantes al rio, debajo de un sauce frondoso había una pista de baile, y llevaban bebidas y una vitrola que yo manejaba, cuando ellos iban al agua a darse unos chapuzones las \\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\"chicas\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\" me enseñaban a bailar y a como tratar a las mujeres para conquistarlas- Así era todos los veranos y oportunidad que se presentaba,.Cuando yo tenía unos 14 o 15 años ya era un excelente bailarín y mi vanidad crecía junto a mi habilidad y mi fama. Concurría a todos las fiestas bailables y era la estrella, bailaba tangos, valses, foxtrot, bugui cumbias, etc que los otros chicos no conocían, por ello me creí un seductor y recibí tres grandes frustraciones como las que les cuento en el poema, que me trajeron a la tierra, una fué en un picnic, otra en un baile familiar y la tercera en un club bailable. Les puedo asegurar, que hoy con 87 años las recuerdo como si fuera ayer y siento vergüenza, pícaro como me creía, haber caído con tres pibas lindas con caritas de inocentes, que pensé eran presas fáciles para el gavilán que me creía y que no era más que un frustrado palomo pichón, con la vanidad hecha pelota..
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 54
  • Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
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Comentarios +

Comentarios3

  • Sir Frido D\'Antuna

    Bellos recuerdos.
    Donde Ud ve vergüenza, yo veo vida colorida. Experiencias de viaje.
    Si todo fuera como pensamos no habría crecimiento, habría mortandad.
    ¿ Abrir la ventana para ver siempre lo mismo, con el mismo color ? Es patético, un acto suicida.
    Esas chicas no le robaron nada, más bien le regalaron este poema, (que no es poca cosa)
    ¿ Cuántas chicas más conoció que se perdieron en el tiempo?
    Agradezca las huellas de la guerra, y siga escribiendo poemas.
    👍

    • Carlos Hector Alvarez

      Hola lo que pasa es que como digo en el poema era demasiado engreído y que me las sabia toda , y las chicas me pusieron en vereda hiriendo min ínfulas de seductor. Por supuesto hubo muchas más pero ya tomadas con la debida precaución., gracias me gustó tu comentario porque dió en la tecla.Todo esto me hizo cambiar y comprendí que soy un ejemplar más en esta selva que es el mundo, donde hay peores y mejores que uno. Un abrazo

    • hermanosheraldos1

      bonita historia, buen poema 🙂

      • Carlos Hector Alvarez

        Lo bueno es que la tomadura de pelo que me hicieron, me sirven para esbozar una sonrisa y me dio pie para armar un poema. Gracias.

      • Elena. DC

        Bueno amigo todo en esta vida no puede salir bien eras muy joven y luego vendrían muchas mas experiencias, un encanto tus letras.
        Tu escrito me gustó y me hizo sonreír gavilán...abrazos

        • Carlos Hector Alvarez

          Hola mi querida Elena, dicen que el hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra, y a tropezones fui aprendiendo, porque no soy la excepción. Eso me enseñó a respetar la inteligencia y la picardía de las mal llamadas sexo débil, y fui muy felíz en el aprendizaje, y como digo en el comentario de creerme un gavilán pasé a ser un pichón de urraca. jaja Un abrazo agradecido por tu gentil comentario



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