Llegué a ti con las manos vacías y el corazón lleno.
Traía para ti todas mis oraciones de hermandad.
No sabía, lo juro, que ciertas almas rechazan las
bienaventuranzas con la conjura de un pecador.
¡Perdónarme es mi tarea para retornar a la vida!
****
Nada que se entrega sin reparos se puede recoger.
Ya lo dijo Jesús en sus acertadas y piadosas parábolas.
Haz de dar a quién está persuadido de las bondades
que, el cielo le tiene destinadas, para andar su camino.
¡Quién no se sabe merecedor y lo disimula, se miente!
*****
Dar y recibir debería ser la constante entre humanos.
Cuando las balanzas se inclinan a favor o en contra
el desbalance cobra con fuerza las abundancias o las
carencias y cada uno sabe, al final, cuál es su estado.
¡La equidad en las dádivas sólo garantiza la justicia!
****
La mano santa de Dios no se hace con los secretos
que unos quieren ocultar y otros quieren mostrar.
Al final, la sentencia divina no espera y se impone.
¡Nada que ocurra en el nombre de Dios le es ajeno!
****
Enajenados aquellos que riegan sus odios en nombre
del amor, sin conocer el significado intrínseco de amar.
Nadie que maltrata lo que dice amar, puede hablar del
afecto y la concordia, con la cordura de los ungidos.
¡Amar al prójimo pasa por haberse amado a sí mismo!
****
En el escenario de la vida los roles están descritos y se
la jugará muy fuerte todo aquel que vista el traje que le
queda grande o chico, reparar es preciso, para avanzar
y caminar erguido, a representar su papel en la comedia.
****
¡No es útil la seda, en la elegancia de un amante, sin amor!
Por: Raiza N. Jiménez
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.