Si por casualidad en algún momento de tu vida te crees importante en algo, recuerda siempre que tan solo eres un Alma llevando un cadáver a cuestas.
Estoy harto, soy un viejo Lobo, no solo pienso en inocentes corderos, troto sobre medio metro de nieve, sopla un fuerte viento, con el, me convierto en el mismo Diablo negro.
Olor sangriento, devoro ansias, temores, pasiones groseras, rabias contenidas, y risas nerviosas, tentaciones asesinas para matar el hambre y el frío del invierno.
Espantosas visiones esquizofrénicas, mil enemigos me acorralan por todas partes, me disparan balas que de verdad matan, huyo hasta de mi sombra, heridas entreabiertas me avisan que mi sangre roja a borbotones dejan mis huellas marcadas sobre la nieve blanda.
Harapiento medio muerto, con mi mirada nublada, adivino el desmayo, el miedo me rodea, escondido en pleno bosque oigo las voces de esos asesinos, el horror me acompaña, cuento los últimos diez segundos.
Al rato me despierto, solo oigo un terrible silencio, por lo visto nadie me ha encontrado, estoy casi enterrado por la nieve que sobre mi ha caído, rezo, sé que es en vano, oigo los pasos de la muerte, llega a mi lado, sonríe, las tinieblas vienen a nuestro encuentro, me dice ven, no puedo evitarlo obedezco, le sigo.... tengo ya la certeza de que estoy muerto.
Mael Lorens
Reservado el derecho
de Autor 10/11/2020
- Autor: Mael Lorens (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de noviembre de 2020 a las 06:54
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Vogelfrei, José López Moreno.
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