La felicidad se asoma como un niño con hambre,
me mira y se esconde,
en la madrugada se desliza por debajo de la sabana,
me mima y me abraza.
Sus mejillas frías y su ojos brillantes mi dolor apacigua,
me envuelve, me arrulla,
el calor de sus suspiros me libera,
su hoguera me abrasa.
El carmesí de sus besos, se roba el dolor,
soy frágil a su contacto y aprovecha mi seísmo,
juega con mi aliento,
se deleita con mi semblante ufano.
¡Está hambrienta de mi!
- Autor: Paulina Dix (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de noviembre de 2020 a las 12:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Texi, Lualpri
Comentarios1
Qué bonito que la felicidad te visita bella poetisa a mí solo me visita la oscuridad.
Me encantó tus versos.
Con cariño
JAVIER
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