No me has dicho Malaquías aún
cuál es el secreto y fétido refugio
de tu vacua e insana hora del betún,
ciega oscuridad de todo vil artilugio.
De qué huyes que el día es claro
y las corolas danzan sus pétalos,
floral gratuidad , desidia del avaro
en la ruin asamblea de los malos.
No diste el abrazo al doliente
que su dolor volaba inconsolable
y gozabas con la herida tridente,
tan afilada punción irreparable.
Brotan de las sombras ficticias
dando pena el marfil de tu sonrisa,
de nada valdrán falsas las caricias,
tampoco el infortunio de la sacerdotisa.
¿Qué has hecho, inicuo malvado?
tan natural que conduces tu deriva
desde ese cruel mandato enmascarado
falsamente redimido en obediencia debida.
Te ha resultado fácil justificarte
en pérfida ideología sin cimiento
que maléficos consiguieron hospedarte,
sin apremio, sin barato remordimiento.
- Autor: Charo. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de noviembre de 2020 a las 00:18
- Comentario del autor sobre el poema: Las dificultades de ubicar el mal cuando es un proceso en que el maligno no lo asume como tal. Le ocurre a él y a otros de un común corporativo, nominados como responsables de una criatura vulnerable a destruir.Para colmo resulta -en ciertas situaciones de vida y miseria- no tan extremadamente imposible ubicar quienes son los "malos" para aniquilarlos por quienes "buenos" asì se consideran....cuando no neutros desde sus lastimosas y no "culpables" aberraciones.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
Comentarios2
grande Alfredo!!! muy buen trabajo te felicito querido amigo
Gracias Vogel, atribulado cuando percibo que en casos el mal es inmune a la conciencia.
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