Si brindemos por nuestros demonios.
Por aquellos pequeños diablos
que danzan en nuestras manos,
que atraviesan nuestro mundo a través de la luna
y que caminan suavemente sobre la música
hasta sembrar la melodía en nuestros pasos.
Brindemos por ese diablo que lleva a mi mesa
tu silueta desnuda saliendo de un trago,
brindemos por caer en tu vaso
hasta que tus labios me abrasen y devoren la noche.
fray
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