Me bastó una tarde para conocer tu sonrisa,
para mirar tus ojos color del capulí,
tienes el alma que enamoras tan de prisa,
y tienes el encanto de una bella cuculí.
Me bastó una tarde para leer tus ojos,
y sentir que están llenos de felicidad,
te quedé mirando y noté que tus antojos,
lo guardas muy dentro con tu sinceridad.
Me bastó una tarde para sonreírte,
y decirte que eres bella y tierna de amor,
te robé una sonrisa y pude mirarte,
que escondido llevas un hondo dolor,
Me bastó una tarde para mirar tu encanto,
y decirte cosas, mirando el atardecer,
hoy te tengo lejos y me aflora el llanto,
porque te recuerdo y empiezo a padecer.
Me bastó una tarde para ver tu alegría,
aunque al siguiente día ya no te pude ver,
solo tengo noches y tengo muchos días,
que vivo pensando, si te volveré a ver.
Me bastó una tarde para complacerte,
y con una sonrisa robarte el corazón,
yo paso mis días, sin querer perderte,
y te llevo en mis noches en mi oración.
- Autor: Federico Mendo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de noviembre de 2020 a las 20:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Andy Lopez
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