Sobre la baranda blanca, de la vieja casa en el campo
Contemplaba la montaña, donde nacen todos mis sueños
El vuelo majestuoso de los pájaros
Y la neblina fría, nocturnal, atravesando las farolas
Eran noches claras y mañanas luminosas
Contemplando las llanuras, amorosamente libres
Ecos de cigarras y aves, juegos inocentes de infantes
Todo era pastizal y floresta, Todo era libertad en mis alas
Dadme de nuevo los sueños, dadme de nuevo mi alma
Para escuchar al sinsonte, para liberar a mi amada
Aun puedo trepar la arboleda, para encender la ilusión en la lámpara
Aun puedo mirar a la esfera y donar al amor cada estrella
Quiero compartir mi vigilia, quiero compartir la mirada
Del manantial cristalino reflejando la luna liberada
Noches de amantes nocturnos, noches de duendes y cantos
Días de tímidos soles, días de juegos en el campo
Quiero compartir esta espera, del viento fresco en mi rostro
El contemplar la campiña entre mis sueños y flores
Verte llegar lentamente, vestida de claveles blancos
Y en un instante de olvido, dormitar en tu pecho, soñando
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de noviembre de 2020 a las 12:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei
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