Mi salvador.

Jenni-Lis

El aire se agitaba ferozmente,

mis lágrimas galopan en una corriente

y los sollozos retumban en medio oeste 

muchos de los habitantes lo soportaron aunque les moleste.

 

Mi rugido de tristeza

muchos lo tomaron como una belleza.

Mi rugido de fortaleza

fue admirada como una proeza.

 

La luna se contuvo a observarme

mientras sabiamente me dejo abrigarme,

entendió que el mundo era ruidoso 

así que él me dio un lugar silencioso.

 

Poco a poco las lágrimas de cristal se esfumaron 

y mas máscaras me secuestraron,

me convertí en esclava de sus falacias

llevándome a cometer mis peores desgracias.

 

Mi corazón se estrujaba,

mi corazón apenas sabía que nevaba,

mi corazón se hincaba y rezaba,

mi corazón empezaba a recordar que amaba.

 

Las calles eran un mar, 

pero mis pensamientos las podían igualar.

Ayudar me obligo a dejar de llorar

pues yo era y tenía que ser el hombro auxiliar.

 

Ví como uno a uno de mis amigos los empezaba a dejar atrás,

me dolió, pero solo así me apreciarás.

Solo en mi soledad supe como volver a brillar,

él me enseño nuevamente amar.

 

Dios me revelo su amor por mí 

 mientras curaba las heridas que reprimí,

era un camino cansado el que recorrí

sin embargo valía la pena si era por ti ya que al final reí.

 

Mi señor me regaló fuerzas 

y sé que por él todavía superás tristezas,

muchos creen que soy fuerte por seguirlo

y es que es todo lo contrario tanto que no puedo describirlo ni debatirlo.

 

Últimamente se convirtió parte de mis rimas

y es que Dios es una de mis rimas más íntimas,

mi hombro carga a personas, pero él me carga a mí.

Padre mío, gracias porque por ti seguí.

 

El amor que usted me da me gusta profesarlo por mis hermanos

quiero sanarlos y verlos por fin siendo sinceros cristianos,

¡Oh, padre mío sanáme en mi decadencia!

¡Oh, padre mío perdón por mi ausencia!

 

No sé como me amas tanto,

pero gracias por solventar mi llanto.

No entiendo a la gente que no te puede sentir

cuando estás a lado listo para instruir.

 

Antes mi tristeza me abrumaba

y al ver tú mano me aliviaba,

eres por quien todavía tengo agallas

pues sé que a mi no me fallas.

 

Eres mi visión positiva del mundo por quien todavía creo en la bondad de las personas

me has hecho una leona que es pecadora y sin embargo me perdonas.

Como último te quiero decir "te amo, padre mío"

y "gracias por llenar mi vacío."

  • Autor: Jenni-Lis (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 13 de noviembre de 2020 a las 03:40
  • Comentario del autor sobre el poema: Muchas veces me perdí en mi experiencia personal y me olvide de creer así me dejé de creer en Dios y su palabra lo que conllevo a mi vida los problemas eran completamente una tormenta que no paraba y solo se intensificaba hasta que mi único remedio fue regresar a él, Dios es el único hogar lleno de amor al cual podemos volver y seremos amados como antes de irnos.
  • Categoría: Espiritual
  • Lecturas: 28
  • Usuarios favoritos de este poema: Lualpri
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