Cómplice esquina y, prado,
dieron hermosas flores para ella,
humilde ofrenda fue, rústica huella...
Improvisé un florero,
y dentro de él, junté los dos jazmines,
remonté a los confines,
me entregó, alma y corazón entero...
Fue, noche de consuelo,
con luna de un destello azul plateado,
última vez fue, que me hubo amado...
Autor: Marco Fabio Vázquez H.
Delicias Chih. México
enero de 2007
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