Yo estaba junto a ti, oro refulgía el paisaje,
y la paz del ocaso
trasmitía un mensaje,
dispuesto en el bagaje
para un pícnic de paso;
incógnito e invidente me quemo, me abraso
aislado en amores y enigmas a campo raso.
Falta el vigor que ataje el posible fracaso,
y aunque no llene el vaso
ni caiga en el chantaje
a mi corazón de fuego, en tórrido carruaje.
¡Ay demencia de amor como la agitación de ondas!
Fuego tan majestuoso que en mi corazón rondas.
Meúsical Do-Re-Mi-Fa-Sol
Rozo tu suave mejilla
como a las cuerdas de mi guitarra,
acordes de horizontes
que flamean sobre mi rostro
igual que alas de avecilla
abstraído no veo el fuego de sus labios.
Y mi rostro al firmamento narra,
mimos que juntas,
y tu beso en mi barbilla,
dulce como el fruto de la parra
y el allegro en los montes.
- Autor: vateignoto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de noviembre de 2020 a las 07:15
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema combina un Áurea, creación del profesor Mucio Nacud Juárez y el Meúsical Do-Re-Mi-Fa-Sol, creación de Alejando Cárdenas. Las he utilizado en un mismo poema.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
Comentarios1
Soy profesor jubilado del área de matemática y mira que he leído suficiente literatura sobre la sección áurea, por aquello del mito de la perfección en lo estético y bello. Me cae como grata sorpresa leer acerca de combinar un Áurea y Meúsical Do-Re-Mi-Fa-Sol. Como dice el adagio: Siempre hay algo nuevo que aprender, aunque tengo mi propio adagio. "Difícil no es explicar que nada nuevo hay bajo el Sol, lo verdaderamente difícil es no entender que nada viejo hay sobre el Sol, ni sus propias leguas de llamas y fuego."
Saludos cordiales hasta Canarias, desde Venezuela.
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