Seductora de almas solitarias

Quítame las manos de encima
No seré otro más de tus pasatiempos, querida.
Deja de besarme cada noche que sufro en soledad,
Siempre has sabido cómo seducirme cuando estoy a punto de llorar.

Desde pequeño tu dulce canto ah sido un alivio,
veo la solución siempre que estoy contigo y eso es de preocupar,
me asustas y no quisieras pasar más tiempo cerca de ti pero estoy sólo,
eres mi única compañía desde que te llavaste a mamá.

Mi padre ha dejado de hablarme desde que acepte tu amor,
Sé que tiene la razón y que el culpable soy yo, pero no soporto verlo sollozar en ese sillón cada noche, sín más calor que el de una vela vieja en la mesa.

Siempre mira mi foto mientras mi nombre murmura con pena.

¡Quiero irme de aquí y regresar con el!
En este frío lugar al cual llegué por no ser feliz, toda esta gente triste y vacía que trajiste porque sólo sentían dolor y les cumpliste ese horrible favor.

Señorita Muerte, te odio por llevarte a mi madre... pero más me odio a mi mismo por dejarme llevar y aceptar tu cariño.