Sirenas marinas
que cantan tormentas,
que causan enojos
dentro la tempesta
de celos, de abrojos,
de vida con pena,
en el pan y el vino,
en la enredadera
que solo adivino
trepando paredes
en silencio rubio
de flores gloriosas
mientras que el camino
las mira en las rocas
creciendo sin ruido
en la primavera
de sol y de arena.
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