Y se sintió de lo peor, cuando él, Ernesto de la Campana, sólo se vió solo y abatido. Cuando en su corazón fue sólo un mal desastre. Cuando en el reflejo del sol sólo se vió una fría lluvia que dejó una estela o un rastro de dolor con una sola lágrima entre sus ojos. Cuando en el instante se dió como primicia a un sólo dolor en el corazón. Y se fue como sucumbiendo en un desaire de todo aire frío en el corazón. Si era Ernesto de la Campana, el que sólo lleva una pena en la misma alma, en que fue sinónimo de un sólo tiempo, en que sólo el mal deseo fue como abrir una herida y muy profunda en el mismo corazón y sin poder latir. Cuando en el silencio se electrizó la forma más evidente de llorar desde el alma y tan pura como la misma agua transparente. Cuando en la alborada se ofreció con el sol nuevo en cada mañana, pero, su corazón lloró como llora el alma en el silencio devastado. Cuando en el desierto de un numen se fraguó como la forma más clara como el translúcido momento en que lloró con lágrimas agrias e invisibles que corrían por su rostro. Cuando Ernesto de la Campana no se dió por vencido ni cobarde en el amor hacia ella, a Aliona Escalera. Y decide por fin hablar con ella. Cuando el amor heló como un tormento y un lamento sin poder escuchar nada, pues, estaba tan desolado y herido como las mismas manos con las espinas de una rosa. Cuando en el amanecer se ofreció todo ser, como la luz de un todo sol, cuando en el instante se dió como un triste sollozo. Cuando en el alma se dió lo que más convidó en el alma como en el mismo corazón. Cuando en el ámbito desenlace se electrizó como el tormento nuevo de un sabio momento. Cuando en el alma se entristeció de calma y de un sostén inocuo, pero, impredecible. Cuando en la alborada se identificó como los celos en el interior, como en el pasaje vivido cuando salió el sol en el mismo cielo, pero, fue peor aún, cuando Ernesto de la Campana, fue a buscar su suerte en el amor verdadero. Cuando se reencuentra con Aliona Escalera en la escuela, se halló como un novio sin novia, como un enclenque desolado, y triste, cuando en el instante se ofreció como un álgido corazón. Cuando en el instante se llenó de osadía y de una mala atracción y sustracción de parte de Ernesto de la Campana. Cuando en el corazón sólo se debatió un latido funesto y solitario como el mismo final o desenlace por haber vivido sin un amor correspondido. Cuando en la penumbra de la soledad se vió solo y sin poder amar a Aliona. Cuando en la soñoliencia y en el somnífero de la ilusión sólo se dió un altercado muy eficaz, y fue a dormir un sueño que pronto sería uan terrible pesadilla, cuando en el presente sólo se debatía en una sola verdad vivida. Y se armó de valor y de valentía cuando él, Ernesto de la Campana, fue a buscar a Aliona Escalera, cuando en el combate de salir hacia un destino impetuoso, se perdía en un delirio tan delirante de saber que el sueño era sólo un sueño y un desafío muerto. Cuando en el pernicioso instante se debatía una osadía en saber que el camino era una cruel verdad que le dolía más en el alma. Y fue a donde ella, a Aliona Escalera en la escuela, y la vé y la observa desde un punto de vista de celos incontrolables, y la llama a un lado y le dice que…
-“Oye, Aliona, debes de saber algo muy íntimo…”-,
Y Aliona Escalera le riposta con…
-“Oye, ¿qué quieres que yo pueda saber…?”-,
Y Ernesto de la Campana le dice que…
-“Que...que...que yo te…”-,
Y Aliona Escalera se ríe y le dice…
-“¿Que qué…?”-,
Y Ernesto de la Campana quedó tímido y retraído y tan compungido que casi llora enfrente de Aliona Escalera y de su nuevo novio. Se vá sin decir nada ni mediar palabra con ella. Se sintió con un sólo desafío en el alma, con una luz oscura y ua sola ansiedad en el camino y más en el cuerpo. Cuando en el personaje de su propia vida se debió de alterar su cometido en saber que su esencia y que su presencia se debe a que la inestable osadía se petrificó en saber que el destino era tan frío como los celos que él sentía. Cuando en el delirio y tan frío de saber que el final se acercaba en un delirante, pero, impetuoso tormento y torrente de aguaceros inertes y fríos que caen en la misma piel desde que supo del novio de Aliona Escalera. Y no tuvo valor ni valentía, sólo se electrizó su forma de atacar el mal desastre en el alma, cuando en el desenlace se enfrió como cometa de luz, sin pasar por el comienzo por expresar su eterno amor hacia a Aliona. No obtuvo nada con el final ni con el comienzo, ni con el final ni el comienzo, sino que acechó con el mal infundado de creer en el amor a toda costa. Cuando en el suburbio de su eterno corazón, se enamoró aún más de Aliona Escalera, hasta desafiar el desierto fraguado o al corazón fracasado. Cuando en el torrente de lluvia cayó desde afuera hacia el interior del mismo coraje del corazón, cuando ella, no lo acepta como amor ni se imagina que él, Ernesto de la Campana la amaba con todo el corazón inerte y cálido y con un torrencial de cálido sol por el día y también en las noches, como luz de luna y como un sol en control. Cuando en la alborada se intensificó el sol, el siniestro avance de creer en la luz de Dios, cuando en el universo cae por su propio destino. Cuando en el instante se debió de amarrar como un desastre mal infundado, en que sólo el camino se amarró como el amor en el mismo corazón.
Continuará…………………………………………………………………………………..
- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de noviembre de 2020 a las 00:06
- Comentario del autor sobre el poema: Mi novela #22 del año 2020. Cuando el joven llamado Ernesto de la Campana se enamoró ciegamente de Aliona Escalera era siempre muy tarde para expresar su amor y nunca se lo dice ... .que había quedado locamente y perdido enamorado de ella...nunca tuvo la oportunidad... llegan a la vejez y ni siquiera nunca en la vida tuvo la oportunidad de expresas ese amor Ernesto de la Campana a Aliona Escalera. Con cariño para ustedes...
- Categoría: Sin clasificar
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