En las altas horas de las noches,
Los versos aparecen.
Como racimos de un viñedo.
De colores y formas.
No me bastan los dedos...
No me bastan las manos...
No, realmente no puedo.
Realmente me ahogan.
Yo, que temía a la oscuridad,
Al punto que moría de miedo;
Ahora entiendo,
Que todos ellos,
Se escurren en el tranvía,
De la luz ...
al pasar por el negro vacío,
De estas horas.
Realmente, sí, ahora entiendo.
El porque, de los lúgubres golpes,
A la puerta de Alan Poé...
Y al plateado romántico,
En la espesa noche fría,
De Pablo Neruda.
Sí, les agrada el silencio.
Al punto que se aferran,
Al poema. Cada uno quiere ser,
El primero.
Se embotan en las puertas,
Del sendero, de las ideas.
Y brillan al unísono,
Como estrellas...
Mvictor
20 nov.2020
- Autor: Victor Manuel Velásquez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2020 a las 04:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 85
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, Almohade
Comentarios1
Precioso tu poema,mi enhorabuena,me ha encantado.Permiteme una pequeña correción como sugerencia y sin animo de molestarte.
No me vastan los dedos...
No me vastan las manos...
Pienso que Vastan debe ir escrito,Bastan con b alta,Un saludo y enhorabuena por tu poesís.
Hola,
Muchas gracias por el detalle.
Es correcto y acertada su corrección.
Abrazos y saludos fraternos.
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