Donde la muerte no es una garza
ni hacer el amor supone el incremento del estiércol
y una nube vacila entre bombillas de queroseno
lejos, donde la mansedumbre extraordinaria, queman
balones de oxígeno, libélulas de fieltro.
Y una flota de columpios rescatan mares de aburrimiento.
Y la sangre fluye entre los metales, corrompiendo
las líneas breves de azul empapado por el agua.
Donde soy una pieza leve, estática, inmóvil frente al tiempo.
O esa electricidad magnética que dimanan las fuentes jugosas,
esa frente de ceniza y matemática a la que recurren las cerillas
en invierno.
Frente de cielo, frente de nada.
Donde comen semillas de girasol los niños imbéciles
y se fuman las colillas los bohemios del siglo pasado.
Donde se comen las rodillas los invertebrados
y ruedan como espátulas perdidas, las herramientas del frío.
Entre abrojos silenciosos, quemados por la supresión,
reviven hoy, mis escuálidas tempestades-.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 22 de noviembre de 2020 a las 08:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Vogelfrei, Lualpri, alicia perez hernandez
Comentarios1
TODO DE TODO PORQUE ERES ATREVIDO Y DEJAS TODO TU SENTIR Y DECIR POETICO...
SALUdos
Gracias mil querida Alicia, la verdad es que no sabía si subir este tipo de poemas o poesías, por su visceralidad y encarnizamiento, como bien dice la compañera Rheeva, pero ahora estoy más seguro de ello. Un gran abrazo!!
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