Disputaban muy quedos a una vez
cuál ser marino cargaba más pericia:
si paciente pescador o el muy ágil pez,
con derrota virtual al de mayor estulticia.
El salino sol quemaba fuerte la piel dorsal,
escenario rumoroso del oleaje en mar de fondo
cercano el alije del barco con su veneno mortal
cubriendo hasta el surco al celenterado corondo.
En los anzuelos, artificiales timos de almejas,
celada tradicional para la soñada tan rica corvina
por antiguas experiencias de pescas añejas
que el triunfo augural y festivo ya se adivina.
Se dobló fuerte, de carbono y resistente, la caña:
el rendido pisciano en la tanza al aire boqueando.
A las doce brindis por la pesquera artimaña
…y luego ¡ sepelio! que el tóxico cumplió con el Mando.
- Autor: Charo. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de noviembre de 2020 a las 16:54
- Comentario del autor sobre el poema: El destino ronda inesperado y cercano , no siempre con el mejor talante.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 56
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.