EL RENACER DEL YO

AINALEM NOGERBO

Nunca estuvo en mis planes volver a hablarte,

 

pero el día que tanto desee no verte,

ni a ti ni a unas cuantas personas más,

ese día para mi desgracia nos topamos dos veces,

y en la segunda me fuiste a hablar.

 

Tan desconcertada quedé cuando un saludo me diste

que porque me había vuelto tan orgullosa, me preguntaste,

no supe que responder, pues mi mente en blanco se quedó,

Pero de que hayas sido tu el que me habló;

eso en el fondo me alegró.

 

Pero no es precisamente porque aún sienta algo por ti,

y eso causara que nerviosa me pusieras

hace mucho tiempo nuestro pasado partió de mi mente

pues ya no me interesas, ya no es como quisieras.

 

Tus rechazos a cada instante dañaban mi corazón y mi mente,

huías de mi como en la parábola de los 10 leprosos,

¿no sabías que soy una persona?, ¿una que ama y siente?

¿qué siempre por las noches soñaba que un día fuéramos esposos?

 

Por todos los medios traté de atrapar tu corazón,

con regalos, cartas, poemas e incluso una canción,

pero tú nunca me diste la oportunidad siquiera

aunque hubiera sido una carta me hubiera gustado que leyeras.

 

Creí que el problema era por la forma indirecta en que me declaraba,

decidí arriesgarme un poco más y decirte con palabras que te amaba.

La primera vez estaba demasiado nerviosa y no sabía qué hacer,

luego las declaraciones se volvieron una rutina, ya no fue solo una vez.

 

No cabe duda que el karma a tu puerta ya llegó,

lo dejaste entrar y fue la mayor estupidez que hiciste.

Dime... ¿es que acaso no lo reconociste?,

Jaja cuéntame tu amor ahora por mí,

desvélate y suéñame despierto

vive y muere cada día en el infierno que yo me quemé

no te preocupes, ya lo tengo listo, yo misma lo preparé…

                                                                                                                              AINALEM NOGERBO

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.