EL GRITO DE UN ADIOS.
Mi voz calló el adiós que gritó,
tan elocuente como un suspiro,
que dentro mi pecho se quedó
entre silencios enmudecido.
Clamó el alma también silente,
ese adiós sin despedida
y estremeció al beso en la frente,
que más que caricia fue herida.
Y rodó una lágrima incontenida,
de un llanto callado y arcano,
como rueda inminente la vida,
desde su omega raído… Lejano.
Oh cuanto extrañaré su mano,
su pelo; Su piel… Su caricia,
también su mirar hoy lejano,
y su sonrisa que era mi albricia.
Más no extrañaré su amor,
ni su recuerdo persistente,
tampoco el beso y la flor,
de nuestro primer instante.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA)
Noviembre 28 del 2020.
- Autor: VICTOR SANTA ROSA ( Offline)
- Publicado: 28 de noviembre de 2020 a las 13:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
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