La locura de la noche no me intimida;
mientras, no te piense…
La espera
La noche se torna vivaz,
se enciende de antorchas
y erotismos la ciudad.
¿Qué hay para mí?
Si en cada rincón,
el recuerdo de una caricia me envilece,
se muestra,
con quietud y asombro
y le temo.
Aunque la rosa no me espino,
ya desangro,
por un amor que no ha sido.
¡Y quiera Dios que fuese!
Sin embargo, me anula y me aguanto.
Pero que puedo esperar de la ciudad,
de esta ciudad que vive de noche
-nada- pues nada tengo que ofrecerle.
Me monto al cerro de Úbeda y,
me transformo en sombra,
el día es corto —lo sé,
y la soledad interminable,
esta cuidad me da dolor
ni un golpe de guerra la salva,
la locura se rebela,
se apoya en mí
y me transforma en fiera,
en cuanto cae la noche.
No sé de tiempo,
y el futuro no lo espero,
no importa ahora,
finalmente, pasara,
finalmente,
todo, llega a su hora.
- Autor: Dathzima (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de noviembre de 2020 a las 21:51
- Comentario del autor sobre el poema: MOTIVOS Esté es el segundo capítulo de mi libro “De Espejos y de Sombras”; Con la finalidad de hacer un “fe de erratas”. Todos los derechos reservados Copyright © 2012 Daniela Dayanara Mondragón Núñez
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 57
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