Ábreme las puertas de tu cielo.
Miro hacia arriba hasta el balcón
ese balcón que fue antaño tuyo y mío
ese balcón que desde mi posición
es la antesala de lo que un día fue
sales y entras para tender la ropa
blanca de tan pura e inmaculada
miras sin ver el celaje que amenaza
pronta lluvia los niños no han ido
hoy al colegio y salen a ver si sus amigos
saltan sobre el grisáceo encerado de la
pronta calle estoy detrás de un árbol
viendo para que no me adviertas
quiero ver en la libertad del voyeur
en la concupiscencia del que prohibido
se adentra en la intimidad a la que
siempre ha aspirado pero que nunca
alcanza por ser tan elevada cuanto
emergente por ser grandiosa cuanto
olímpica en sus tenues trazas y recovecos
Miras y no ves no me ves porque invisible
me muestro ante ti como siempre o casi
Me voy ya satisfecho y alimentado y bebido
de las mieles que guarda la despensa de tu
cara oculta me voy a mi balcón que está callado
desierto esperando una respuesta a mi ausencia
y repleto de preguntas y curiosidades que nunca
osaré rellenar me voy viendo cómo los niños
se derraman impávidos y sedientos por las esca
leras de un domingo que de sol parece invicto
de sea cual fuere nubarrones intempestivos
que rompan la magia del juego
Me retiro poco a poco para que se ensanche
el infinito tiempo que me queda en sagrado
en el descanso eterno de un salón impávido
y memorioso y cuidador de las esencias que aún
quedan por apurar pongo la televisión y lo mismo
pongo el pc y escribo y leo hasta que las palabras
se sumen por el próximo desaguadero que pasa...
Me asomo al balcón y me veo abajo, de rojo y carne...
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de diciembre de 2020 a las 08:07
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando el recuerdo pesa hasta hacerse carne y tiempo.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, ..........................
Comentarios1
Hermosa y vívida descripción mirando al balcón, con todo lo que ello significa. Muy bello tu decir en estas letras, con un cierre magnífico.
"Me retiro poco a poco para que se ensanche
el infinito tiempo que me queda en sagrado
en el descanso eterno de un salón impávido
y memorioso y cuidador de las esencias que aún
quedan por apurar pongo la televisión y lo mismo
pongo el pc y escribo y leo hasta que las palabras
se sumen por el próximo desaguadero que pasa...
Me asomo al balcón y me veo abajo, de rojo y carne..."
¿No te ha "inquietado" que prescindiera esta vez de los signos de puntuación?
Un abrazo Luz amiga.
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